Qué hacer ante un despido ¿Puede ser una oportunidad?
Aunque muchas personas tienen un trabajo considerado como estable, en una gran empresa, parece que ya no se suele permanecer hasta la jubilación bajo el mismo techo, como ocurría hace unos años. Incluso en las situaciones más favorables, con contratos indefinidos y empresas solventes, debemos estar preparados para el despido, y pensar que es un trámite al que todos nos podemos enfrentar. Por supuesto, cuanto más precaria sea nuestra situación laboral, más posibilidades de salir de la empresa tendremos.
Todas las personas se sienten mal al ser despedidas: por una parte, se abre un horizonte económico incierto, con bajadas en los ingresos, y por otra, el despido puede ser un golpe a nuestro orgullo y a nuestra dignidad. Por lo tanto, será muy importante afrontar correctamente el despido desde el punto de vista psicológico. Es normal que nos encontremos mal, pero tenemos que ser muy positivos y empezar a actuar cuanto antes.
Planificar nuestra nueva situación financiera
Primero, debemos planificar nuestra nueva situación financiera. Si nuestros ingresos se ven disminuidos, tendremos que establecer un plan de gastos adaptado a nuestra nueva situación financiera, dando preferencia a los gastos según su importancia.
Mientras encontramos trabajo, nuestros ingresos pueden provenir de dos fuentes: por un lado, si el despido es considerado improcedente, es decir, que no atiende a ninguna causa razonable, el trabajador tiene derecho a una indemnización equivalente a su salario de 45 días por año trabajado con el límite de 42 mensualidades. Además, en caso de no encontrar empleo, se tiene derecho a una prestación por desempleo, variable según lo cotizado como media en los últimos 180 días previos al desempleo.
Buscar un nuevo empleo
Una vez hayamos asumido nuestra nueva situación, será la hora de pasar a la acción. Tendremos que ser positivos y optimistas, y usar todas las herramientas disponibles para encontrar un empleo que nos satisfaga: periódicos, Internet, contactos que podamos tener, etc. Debemos prepararnos para las entrevistas. No pareceremos desesperados ni abatidos. Seremos positivos y estaremos preparados para contestar, por ejemplo, cuál fue la causa del despido. Debemos demostrar ganas de volver a trabajar.
Una de las opciones posibles es acudir a empresas del mismo sector al que trabajábamos antes. Nuestra experiencia acumulada en ese campo será un factor a nuestro favor.
Otra opción es aprovechar el despido para dar un cambio a nuestro futuro laboral. Podemos optar por otro sector totalmente distinto al que trabajábamos pero que nos guste, seamos capaces de trabajar en él y pensemos que tiene posibilidades. Siempre hay un trabajo que nos hubiera gustado hacer. Si tenemos las cualidades y la preparación necesaria, puede ser el momento del cambio.
Y otra posibilidad es dedicar el dinero de la indemnización a iniciar una andadura en solitario. Podemos iniciar nuestra actividad comercial o laboral por nuestra cuenta, como autónomos, trabajando en lo que sabemos o bien emprendiendo un negocio que hayamos estudiado con calma y que consideremos viable. La indemnización por despido puede así convertirse en una oportunidad de desarrollo personal y laboral. Podemos encontrar nuestra estabilidad económica y ejercer una profesión o una actividad que nos permita salir adelante.
En cualquier caso, es recomendable que aprovechemos el hecho de ser despedidos y lo consideremos ante todo como un cambio de trabajo, y nunca como una tragedia. Y que intentemos en la medida de lo posible que la nueva actividad que desarrollemos sea de nuestro agrado. Hay que procurar que el amargo trance del despido sea una oportunidad que podamos y sepamos aprovechar para mejorar económicamente, pero sobre todo, en el ámbito personal. Cambiar de trabajo para peor, puede ser muy frustrante.