Definición de Ahorro
La definición más sencilla de ahorro, en términos generales, es aquella que dice que el ahorro es la diferencia entre los ingresos y los gastos. Por tanto, el ahorro puede ser definido desde el punto de vista de cualquier operador económico: ahorro particular, ahorro empresarial, ahorro Público (del Estado). El ahorro es, de alguna manera, la contrapartida del consumo. Cuanto menos consumo efectúa una familia o empresa, más ahorra. Las decisiones de ahorro o consumo en la economía suelen estar influenciadas por las tasas de interés del mercado. A mayores tasas de interés en la economía, mayor proporción de dinero se destinará a ahorrar, porque, por una parte, el ahorro ofrecerá buenos rendimientos por los altos tipos, y por otra, los altos intereses reducirán el montante de créditos concedidos destinados al consumo. Contrariamente a lo que se puede pensar, no hay que ahorrar lo máximo posible. Existe un nivel de ahorro que habría que intentar conseguir, que es el nivel suficiente para poder afrontar algún imprevisto de índole normal (excluimos grandes desastres o pérdidas, que suponemos cubiertas por seguros). Pero el exceso de ahorro no es bueno, porque ese capital no está ofreciendo rendimientos adecuados. Ese exceso de ahorro se ha de mover, es decir, se ha de buscar alternativas de inversión rentables para maximizar nuestro patrimonio, o en el caso de las empresas, se ha de utilizar el exceso de ahorro en I+D+I (Inversión, Desarrollo e Innovación). En el caso del Estado, podemos hacer la misma reflexión. El Superávit Público (ahorro del Estado) puede ser positivo para paliar efectos de una situación financiera negativa, por ejemplo, aumentando la Obra Pública sin recurrir al endeudamiento, pero si se produce superávit puede entenderse que el Estado no ha gastado parte de sus recursos en atender las necesidades de los ciudadanos.